Cultivar plántulas de cannabis puede ser una tarea difícil, pero con los conocimientos y las herramientas adecuadas también puede ser gratificante. Para ayudarte a empezar, hemos reunido algunos consejos de nuestros cultivadores sobre el cultivo de plántulas de cannabis sanas y robustas.
Una de las cosas más importantes que hay que tener en cuenta al cultivar plantones de cannabis es la paciencia. Las plantas de cannabis son de crecimiento lento y pueden pasar varias semanas antes de ver un crecimiento significativo. Además, es importante vigilar cuidadosamente las plantas y hacer los cambios necesarios.
Otro consejo importante es mantener el entorno de cultivo limpio y libre de plagas y enfermedades. Asegúrate de desinfectar las herramientas y el equipo con regularidad y mantén las plantas alejadas de otras que puedan estar infectadas. Esto significa proporcionarles la cantidad adecuada de agua, luz y nutrientes, así como vigilar cuidadosamente su crecimiento.
ELECCIÓN DEL SUSTRATO DE CULTIVO
El sustrato, o medio de cultivo, es el material en el que crecerán las plántulas de cannabis. Existen distintos tipos de sustratos, como la mezcla de turba y perlita, la fibra de coco y la arcilla expandida para sistemas hidropónicos. El tipo de sustrato que elijas dependerá de tus preferencias personales y de tus objetivos de cultivo.
El medio de cultivo ideal para los esquejes de cannabis es una mezcla de turba y perlita. La turba ayuda a retener la humedad, mientras que la perlita proporciona un drenaje adecuado. El sustrato debe estar húmedo pero no mojado. La fibra de coco es una opción más respetuosa con el medio ambiente, ya que está hecha de cáscara de coco. Los sistemas hidropónicos, por su parte, son una opción más avanzada que requiere más experiencia y conocimientos.
A la hora de elegir un sustrato para los plantones de cannabis, es importante tener en cuenta factores como el drenaje, el contenido de nutrientes y los niveles de pH. También debes asegurarte de que el sustrato esté libre de plagas y enfermedades.
CÓMO TRASPLANTAR
Trasplantar las plántulas de cannabis es un paso importante en su proceso de crecimiento. Cuando las plántulas crecen más que su recipiente actual, es el momento de trasplantarlas a uno más grande o directamente a la tierra para que tengan más espacio para crecer y desarrollarse.
Para trasplantar las plántulas de cannabis, sácalas con cuidado de su recipiente actual y separa las raíces con cuidado. A continuación, plántalas en un recipiente más grande cavando un agujero de 3 o 4 cm de profundidad, introduce la plántula, cúbrela suavemente con un poco de tierra presionando ligeramente sobre la base y riega abundantemente. Es aconsejable utilizar un sustrato fresco o, a la hora de elegir un cultivo de tierra, haber comprobado que no haya restos de cultivos ni plagas. Es importante ser cuidadoso al trasplantar las plántulas de cannabis, ya que son frágiles y pueden dañarse con facilidad.
LA IRRIGACIÓN DE LAS PLANTAS ES FUNDAMENTAL
Regar los plantones de cannabis es un paso esencial para garantizar su supervivencia. Sin embargo, regar demasiado o demasiado poco puede causar una serie de problemas. El exceso de riego puede provocar la pudrición de las raíces, una enfermedad fúngica que puede matar a las plantas. Por otro lado, un riego insuficiente puede hacer que las plantas se marchiten y mueran. La regla general es regar las plantas cuando el primer centímetro de tierra esté seco. También debes asegurarte de que tus plantas no permanecen en agua estancada, ya que esto puede provocar la pudrición de las raíces.
Para regar las plántulas que aún se encuentran en las primeras fases vegetativas, es mejor utilizar agua destilada o filtrada. El agua del grifo puede contener cloro, flúor y otras sustancias químicas que pueden dañar las plantas. Además, es importante asegurarse de que el agua esté a temperatura ambiente, ya que el agua fría o caliente puede causar un choque térmico a las plantas.
Condiciones óptimas de iluminación
La luz es un componente esencial para el crecimiento de las plantas, y el cannabis no es una excepción. Cuando se trata de cultivar plántulas de cannabis, proporcionarles la cantidad adecuada de luz es crucial para su supervivencia. Los plantones de cannabis necesitan 18 horas de luz al día y 6 horas de oscuridad. Las 18 horas de luz indican a las plantas que es primavera-verano y, por lo tanto, las estimulan para que aumenten de tamaño.
Cuando se trata de iluminar los plantones de cannabis cultivados en interior, existen dos opciones principales: las luces fluorescentes y las luces LED. Las luces fluorescentes son una opción popular entre los principiantes porque son baratas y fáciles de usar. Las luces LED, por otro lado, son más caras pero ofrecen un mejor rendimiento y eficiencia energética. Es importante tener en cuenta que la calidad de la iluminación puede tener un impacto significativo en la salud y el crecimiento de las plántulas de cannabis. Asegúrate de que las luces estén colocadas a la altura y distancia adecuadas de las plantas, ya que una luz demasiado brillante puede quemar las plántulas, mientras que una luz demasiado escasa puede atrofiar su crecimiento.
Si el cultivo tiene lugar en el centro o el sur de Italia o comienzas el proceso a finales de primavera, las plántulas pueden trasplantarse al aire libre inmediatamente. En las regiones frías o en el norte de Italia, las plántulas pueden cultivarse en el alféizar de una ventana o con lámparas artificiales.
HUMEDAD Y TEMPERATURA IDEALES
Por regla general, las variedades de predominancia sativa prefieren los climas tropicales, mientras que las de predominancia índica prefieren los entornos más secos y cálidos.
Las plantas de cannabis pequeñas crecen con más vigor si la humedad relativa se mantiene entre el 50 y el 70% con una temperatura ambiente de unos 23-28°C .
La humedad relativa debe situarse entre el 50-75% durante la fase vegetativa, bajando después al 40% durante la fase de floración para reducir el riesgo de moho, y mantener una temperatura controlada de unos 23°C.
LA FASE VEGETATIVA
En las autoflorecientes, la fase vegetativa durará siempre 3-4 semanas, mientras que en las variedades fotoperiódicas esta fase dura tanto como desee el cultivador (en interior) o hasta el final del verano (en exterior) y puede llegar a ser de 8 semanas. Se suele hablar de fase de crecimiento vegetativo cuando la planta ha desarrollado 3-4 entrenudos, con un tallo de unos 5 mm de grosor. En esta fase, las plantas de cannabis necesitan altas concentraciones de nitrógeno para crecer fuertes y sanas.
La circulación del aire es un aspecto importante en la fase vegetativa, tanto en interior como en exterior. La ventilación permite a las plantas inhalar oxígeno y liberar dióxido de carbono, al tiempo que mantiene estables los niveles de humedad. Por lo tanto, si se cultiva en interior, es aconsejable garantizar la recirculación del aire.
El nitrógeno es un mineral esencial que permite a la marihuana desarrollar hojas y ramas, adquiriendo su típico color “verde”. Asegúrese de utilizar un abono/fertilizante especialmente formulado para la fase vegetativa y que contenga una cantidad adecuada de nitrógeno. La relación N-P-K (nitrógeno-fósforo-potasio) debe ser de aproximadamente 2-1-1, y si las hojas son verdes y la planta crece correctamente, significa que los valores de nitrógeno son muy buenos.
CONOCER EL PH
El uso de fertilizantes está estrechamente relacionado con el nivel de pH (acidez o alcalinidad de una sustancia). Este parámetro indica si la planta es capaz o no de asimilar correctamente los nutrientes presentes en el sustrato. Tanto las plantas autoflorecientes como las fotoperiódicas requieren un pH de 6,0 a 7,0 cuando se cultivan en tierra y de 5,5 a 6,5 cuando se cultivan hidropónicamente. Para mantener tu plantación sana y floreciente, mide regularmente el pH del sustrato y de la solución nutritiva, o escorrentía. Si los valores no están dentro del rango óptimo, las plantas no podrán alimentarse correctamente y será necesario utilizar productos que eleven o reduzcan el pH para corregir el problema.
FASE DE FLORACIÓN Y COSECHA
La fase de floración dura entre 6 y 11 semanas como máximo, dependiendo del cultivar.
En esta fase es importante seguir abonando con los fertilizantes normales para el crecimiento vegetativo y aumentar gradualmente el fósforo y el potasio, con los que las inflorescencias pueden crecer y madurar.
Las inflorescencias están maduras cuando los pistilos, ricos en tricomas, empiezan a secarse y a cambiar de color, adquiriendo tonos más oscuros de naranja, malva, marrón o escarlata, según la especie.
Para obtener valores más altos de THC, coseche cuando los tricomas tengan un 20-30% de color ámbar.
Para un mayor contenido de cannabinoides, coseche cuando los tricomas tengan un 60-80% de color ámbar.Las plantas deben revisarse cuidadosamente, ya que pueden producirse diferencias en 24 horas.La cosecha consiste en cortar las inflorescencias de las plantas y retirar las hojas resinosas. Este procedimiento puede realizarse “en húmedo” (es decir, antes de secar los cogollos) o “en seco”, es decir, antes del curado.
Cultivar plántulas de cannabis sanas y robustas requiere una combinación de conocimientos, habilidad y paciencia. Con las herramientas y los conocimientos adecuados, cultivar plántulas de cannabis sanas puede ser una experiencia gratificante y agradable. Así que arremángate y prepárate para convertirte en un maestro del cultivo de plántulas de cannabis.